El pensamiento económico y la fuerza de las ideas
«Las ideas de los economistas y de los filósofos políticos, tanto cuando tienen razón como cuando están equivocados, son más poderosas que lo que comúnmente se cree»
Keynes, The General Theory of Employment, interest and Money, 1949, p. 383.
Hace mucho tiempo que se habla de temas relacionados con la economía. Ya Aristóteles habló de asuntos económicos, en concreto, de la defensa de la propiedad privada, la teoría del valor o la utilidad del dinero. Hoy en día, cualquiera que lea un periódico verá noticias que hacen referencia a la esfera de lo económico. Las preguntas que se hacen los estudiosos de la economía son múltiples pues éstas han ido variando a lo largo del tiempo dado el carácter evolutivo y variable de la realidad al cual están sujetas las sociedades. Y sobre un mismo problema, por ejemplo, las crisis económicas, vemos que no todos los autores coinciden ni en las causas ni en las soluciones. De hecho, han sido muchos los que a lo largo de la historia se han preocupado por las crisis y los ciclos económicos pero han pensado de forma distinta. ¿Cómo han ido evolucionando las ideas económicas? ¿Cómo piensan los economistas en la actualidad? ¿Cuáles son las ideas principales que guían los enfoques económicos hoy en día? ¿De dónde proceden las ideas que se derivan de la aplicación de una política económica u otra?
Es muy difícil entender qué es la Economía y cuál es el problema fundamental que debe de estudiar. Schumpeter, señaló en su obra titulada Historia del análisis económico que «es imposible –y no tiene, además, interés– conseguir una definición que recoja todas las actividades de la profesión económica», (J. Schumpeter, 1971, p. 597). La explicación radica en que la economía ha tratado de dar respuesta a muchas preguntas. Algunos ejemplos son: ¿Cuál es el precio justo de los bienes? ¿Es la escasez de los recursos y la eficiencia la principal preocupación de la Economía? ¿Qué se entiende por riqueza? ¿Es la desigual distribución de los recursos la principal preocupación de la Economía o lo es el crecimiento económico?
Las ideas económicas cambian de acorde con la sociedad y su estructura económica y según las diferentes escuelas de pensamiento económico. Así, por ejemplo, los escolásticos se preocuparon por las causas de la subida de los precios, se preguntaron si es lícito cobrar un tipo de interés por un préstamo o se trataba de usura; los mercantilistas, los fisiócratas y los clásicos se interesaron por las causas de la riqueza de un país; los neoclásicos se centraron en cuestiones como la determinación de los precios, cómo un individuo puede maximizar su satisfacción a partir de un ingreso dado, o cómo un empresario puede maximizar beneficios; Schumpeter, en cambio, se centró en cómo el cambio tecnológico influye en el desarrollo económico; Keynes, a su vez, estaba preocupado fundamentalmente en cómo es posible resolver el problema del desempleo a corto plazo, etc.
Y así hasta la actualidad. Cualquiera de nosotros seguramente en algún momento de nuestras vidas nos hemos hecho preguntas como las siguientes: ¿Por qué los precios suben?, ¿por qué existe tanto desempleo?, ¿cuál es el principal factor que explica el crecimiento económico de un país?, ¿por qué existen países ricos y países pobres?; ¿las crisis que vivimos se resuelven por sí mismas o es precisa la intervención de los gobiernos?; ¿hasta qué punto son efectivas las políticas fiscales y las políticas monetarias para luchar contra la inflación y/o el desempleo?; ¿Por qué se agotan los recursos naturales y qué soluciones hay para resolver dicho agotamiento? Estas preguntas, que parecen tan actuales, han sido temas que han preocupado a economistas de otros tiempos.
Dado que la economía no es una ciencia exacta no se puede dar una única respuesta a todas estas cuestiones, ya que, como bien afirmó Alfred Marshall, la economía no constituye un cuerpo de verdades concretas. Es por este motivo por el cual ante uno de estos interrogantes obtenemos respuestas diversas por parte de los distintos economistas; respuestas que no siempre han sido las correctas. Ha habido grandes economistas que han cometido errores graves. Entender cómo ha ido evolucionando la teoría económica gracias a la corrección de estos errores es fundamental para seguir avanzando en la construcción de políticas económicas que puedan resolver los problemas de las sociedades actuales.
En consecuencia, es preciso conocer las ideas económicas de los autores del pasado para explicar la teoría económica actual y la comprensión de la realidad. Por ejemplo, es imposible entender los cimientos sobre los cuales se asienta la ortodoxia contemporánea y la aplicación de las políticas liberales si no estudiamos a Adam Smith, el padre de la actual ciencia económica gracias a su obra La riqueza de las Naciones publicada en 1776. Si en la época en la que escribieron los autores escolásticos lo fundamental era la moral, a partir de Adam Smith se olvida completamente la moralidad para pasar a hablar del egoísmo de los individuos. Y la ortodoxia neoclásica adoptó, en palabras de Schumpeter, la misma visión del proceso económico que los autores clásicos.
El pensamiento económico de Smith (y de otros como Bentham y su utilitarismo) es, por lo tanto, fundamental para entender la economía actual dominante (la llamada economía neoclásica o economía estándar). Esta escuela de pensamiento económico se centra en analizar la conducta humana en base al modelo del individualismo metodológico, la maximización del placer, de los beneficios y la satisfacción de necesidades (bienes y servicios comprados) como sinónimo de felicidad. La naturaleza egoísta o maximizadora que caracteriza al hombre y el orden social espontáneo que surge gracias a la mano invisible del mercado son las bases para la defensa del libre mercado. En este punto merece la pena recordar a Mandeville y su obra La fábula de las abejas (1714) donde defiende la idea de que los vicios individuales conducen a beneficios sociales. Sin embargo, autores, como Keynes que no creen en la reconciliación entre el egoísmo privado y el bien común, defienden que es precisa la intervención del Estado. La crisis de 1929 puso en entredicho el pensamiento ortodoxo neoclásico y la tendencia general hacia el equilibrio con pleno empleo, pasándose así de la idea del laissez-faire a la necesidad del intervencionismo estatal. Fue entonces cuando se adoptaron las políticas intervencionistas y del Estado del bienestar. Sin embargo, la ineficacia de estas ideas keynesianas para resolver la crisis del petróleo de los años 70 hizo de nuevo resurgir la idea del liberalismo económico con el pensamiento económico de Milton Friedman.
Aunque el pensamiento económico neoclásico sigue siendo el dominante en los estudios universitarios es preciso conocer que existen otras corrientes que en lugar de analizar la conducta individual se centran en analizar el comportamiento de las instituciones y su evolución en el tiempo (los llamados institucionalistas); sin olvidarnos de la escuela marxista, de la escuela histórica alemana, del pensamiento económico postkeynesiano, de las escuelas que estudian los ciclos económicos, el desarrollo a largo plazo o de aquellas ramas de la economía que se centran en estudiar las situaciones en las que el libre mercado falla en la asignación óptima de los recursos, como ocurre cuando se dan externalidades o poder de mercado.
En definitiva, conocer las distintas ideas económicas y puntos de vista diferentes ayudará a los alumnos a que abran sus mentes, a que piensen por sí mismos más allá de la repetición de una única idea. La riqueza de las ideas del pasado es tal que nos permite no olvidar la enorme fuerza que tienen las ideas y que la teoría económica actual es fruto de un proceso de pensamiento económico. Recordemos las siguientes palabras de Milton & Rose Friedman (1989):
«…un cambio importante en la política social y económica está precedido por un cambio en el clima de la opinión intelectual, generado, al menos en parte, por circunstancias sociales, políticas y económicas contemporáneas. Este cambio puede comenzar en un país pero, si es duradero, termina por difundirse en todo el mundo. Al principio tendrá poco efecto en la política social y económica. Después de un intervalo, a veces de décadas, una corriente intelectual «tomada en su punto culminante» se extenderá al principio gradualmente, luego con más rapidez, al público en general y a través de la presión pública sobre el gobierno afectará las medidas económicas, sociales y políticas».
Referencias
Friedman, M. y Friedman, R. (1989): «La corriente en los asuntos de los hombres», Revista Libertas VI (11), Instituto Universitario ESEADE.
Keynes, J. M. (1949): The General Theory of Employment, Interest and Money. London: Macmillan.
Schumpeter, A. (1971): Historia del análisis económico, Barcelona: Ariel.
Mar es Profesora del área de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Salamanca. Es Licenciada en Economía y Doctora en Historia por el Instituto Universitario Europeo de Florencia. Sus principales temas de investigación se enfocan en la innovación y el crecimiento económico en España durante el franquismo, la adopción de tecnologías extranjeras y la estructura de mercado y los derechos de propiedad intelectual.